El único sentimiento real y vivaz: el interés.
Para muchos la “realidad” sólo significa lo que no está en orden.
Algunos usan la palabra “pensar” sólo para sus preocupaciones (“No puedo dejar de pensar en”).
Niños delante de la escuela privada: y yo pensé: “¡Ahí están los futuros delincuentes económicos!”
¿Cómo puedo estar frustrado si junto a mi cama tengo libros que todavía no leí?
“Realidad” ...con semejante denominación se honra lo que estorba en la vida.
Todas las obligaciones me siguen exigiendo un esfuerzo, una decisión... no puedo realizarlas como los otros.
Uno marca un número; es equivocado: contesta un niño que está solo y llora. También así puede comenzar una historia.
Colgar delante de mi casa un cartel con la advertencia: ¡Cuidado, en esta casa se lee!
En la calle, bajo el claro brillo de la mañana, había un auto vacío cuyos limpiaparabrisas estaban funcionando. (También así podría comenzar una historia).
De noche, los autos muertos frente a la ventana.
Alguien dijo mientras veía televisión: ¿por qué tiene que haber noticias todos los días?
Esperar delante de la máquina que salga la foto; pero en la foto saldría la cara de otra persona. Así podría comenzar una historia.
Él utiliza su falta de concentración como arma de resistencia.
Antes de entrar con las bolsas en la casa, se queda parada en la calle y espera algo, una solución a corto plazo.
Mejoría: he vuelto a confundir a gente en la calle con conocidos.
Una huida: una mujer persigue a un hombre. En la carretera, la mujer que persigue se arranca la peluca y se revela como hombre; el hombre que huye pierde el sombrero y se revela como mujer, y ambos caen, uno en brazos del otro.
Casi lamentamos que algunas personas mueran sin haberse consumado el asesinato para el que parecían predestinadas.
La mayoría de las veces estoy demasiado consciente para estar triste.
La mujer de la película de Truffaut se desmaya; la mujer de la película de Godard se masturba.
Estaba enojado con ella, porque ella no lo estaba.
Ya hace un día que el hombre está acostado a mi lado y recién ahora me doy cuenta de que sólo tiene un brazo.
A veces, viendo a alguien realizar la actividad más simple, por ejemplo, cortar una tela, siento que no estoy para nada en situación de colaborar.
En sueños vi mi espalda.
Una transformación: dejar que los otros piensen de mí “lo que quieran”.
Dormí tanto que, dormido, tuve una sensación de pérdida de tiempo.
No llevar equipaje, querer liberarse de él, la felicidad de las manos libres, “nada más que un cepillo de dientes”
Lo que dices sobre mí, por supuesto yo también me lo digo… pero quizás es bueno que me lo diga otro, muchas veces uno no se cree a sí mismo.
Momentos: cuando la noche ya tiene luces, salir, pararse junto a la puerta y respirar profundamente.
Antes de escribir, nervios monstruosos y al borde del delirio; y cuando leo lo escrito, parece tan tranquilo.
Orgullo por mi casi locura como por una meta alcanzada.
Inventar una máquina para no necesitar hablar (una máquina que ante la pregunta se pone en funcionamiento y responde por uno).
Al enterarme de la muerte de un amigo: la idea del mundo como una habitación, de la cual él ha desaparecido.
¿Por qué a veces consigo tranquilidad, confianza sólo cuando ataco a otros, cuando penetro en ellos con palabras que los desnudan, los corrigen, los destruyen?
Me miró con la melancolía infantil de una persona inútilmente enojada.
Le decimos a alguien que nos pide algo por teléfono: “Déjame pensarlo un par de días”. Y después, no pensamos ni un segundo en eso.
La desventaja de la gran literatura es que cualquier imbécil puede identificarse con ella.
Un corte en el film, que experimenté como un disparo.
Los maniquíes parecen cada vez más reales.
Sonó la puerta, pero cuando miré no había más que olor a perfume (comienzo de una historia).
Al ver a la mayoría de la gente: nunca leyeron nada que contara algo sobre la manera en que están de pie, en que caminan; nunca leyeron nada de nada… si no, serían distintos.
Felicidad… y al mismo tiempo la angustiosa intuición de que es algo excepcional.
Para muchos la “realidad” sólo significa lo que no está en orden.
Algunos usan la palabra “pensar” sólo para sus preocupaciones (“No puedo dejar de pensar en”).
Niños delante de la escuela privada: y yo pensé: “¡Ahí están los futuros delincuentes económicos!”
¿Cómo puedo estar frustrado si junto a mi cama tengo libros que todavía no leí?
“Realidad” ...con semejante denominación se honra lo que estorba en la vida.
Todas las obligaciones me siguen exigiendo un esfuerzo, una decisión... no puedo realizarlas como los otros.
Uno marca un número; es equivocado: contesta un niño que está solo y llora. También así puede comenzar una historia.
Colgar delante de mi casa un cartel con la advertencia: ¡Cuidado, en esta casa se lee!
En la calle, bajo el claro brillo de la mañana, había un auto vacío cuyos limpiaparabrisas estaban funcionando. (También así podría comenzar una historia).
De noche, los autos muertos frente a la ventana.
Alguien dijo mientras veía televisión: ¿por qué tiene que haber noticias todos los días?
Esperar delante de la máquina que salga la foto; pero en la foto saldría la cara de otra persona. Así podría comenzar una historia.
Él utiliza su falta de concentración como arma de resistencia.
Antes de entrar con las bolsas en la casa, se queda parada en la calle y espera algo, una solución a corto plazo.
Mejoría: he vuelto a confundir a gente en la calle con conocidos.
Una huida: una mujer persigue a un hombre. En la carretera, la mujer que persigue se arranca la peluca y se revela como hombre; el hombre que huye pierde el sombrero y se revela como mujer, y ambos caen, uno en brazos del otro.
Casi lamentamos que algunas personas mueran sin haberse consumado el asesinato para el que parecían predestinadas.
La mayoría de las veces estoy demasiado consciente para estar triste.
La mujer de la película de Truffaut se desmaya; la mujer de la película de Godard se masturba.
Estaba enojado con ella, porque ella no lo estaba.
Ya hace un día que el hombre está acostado a mi lado y recién ahora me doy cuenta de que sólo tiene un brazo.
A veces, viendo a alguien realizar la actividad más simple, por ejemplo, cortar una tela, siento que no estoy para nada en situación de colaborar.
En sueños vi mi espalda.
Una transformación: dejar que los otros piensen de mí “lo que quieran”.
Dormí tanto que, dormido, tuve una sensación de pérdida de tiempo.
No llevar equipaje, querer liberarse de él, la felicidad de las manos libres, “nada más que un cepillo de dientes”
Lo que dices sobre mí, por supuesto yo también me lo digo… pero quizás es bueno que me lo diga otro, muchas veces uno no se cree a sí mismo.
Momentos: cuando la noche ya tiene luces, salir, pararse junto a la puerta y respirar profundamente.
Antes de escribir, nervios monstruosos y al borde del delirio; y cuando leo lo escrito, parece tan tranquilo.
Orgullo por mi casi locura como por una meta alcanzada.
Inventar una máquina para no necesitar hablar (una máquina que ante la pregunta se pone en funcionamiento y responde por uno).
Al enterarme de la muerte de un amigo: la idea del mundo como una habitación, de la cual él ha desaparecido.
¿Por qué a veces consigo tranquilidad, confianza sólo cuando ataco a otros, cuando penetro en ellos con palabras que los desnudan, los corrigen, los destruyen?
Me miró con la melancolía infantil de una persona inútilmente enojada.
Le decimos a alguien que nos pide algo por teléfono: “Déjame pensarlo un par de días”. Y después, no pensamos ni un segundo en eso.
La desventaja de la gran literatura es que cualquier imbécil puede identificarse con ella.
Un corte en el film, que experimenté como un disparo.
Los maniquíes parecen cada vez más reales.
Sonó la puerta, pero cuando miré no había más que olor a perfume (comienzo de una historia).
Al ver a la mayoría de la gente: nunca leyeron nada que contara algo sobre la manera en que están de pie, en que caminan; nunca leyeron nada de nada… si no, serían distintos.
Felicidad… y al mismo tiempo la angustiosa intuición de que es algo excepcional.
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